¿Cada cuánto hacer una limpieza facial?

Mujer haciéndose una limpieza facial

Contaminación, radiación solar, cambios hormonales… Son muchos los factores que pueden afectar a nuestra piel en el día a día. Por eso, es importante realizarse, de vez en cuando, una limpieza facial, ya sea en casa con exfoliantes faciales para la cara, o en un centro profesional. 

La limpieza facial es una parte esencial en las rutinas diarias de las personas, pero no todas las pieles necesitan la misma frecuencia ni los mismos productos. 

Por ello, en este artículo encontrarás todo lo que necesitas saber antes comprar un producto en una tienda de cosmética online o de coger cita en un centro para hacerte una limpieza facial. 

“¡La belleza está en la piel! Cuídala, aceita, límpiala, frótala, perfúmala y ponte tu mejor ropa, aunque no sea una ocasión especial, y te sentirás como una reina"

¿Por qué es importante hacerse limpiezas faciales?

Como hemos comentado antes, nuestra piel está expuesta a factores externos que hacen que se llenen de impurezas y tengamos un exceso de sebo. Según un estudio de la American Academy of Dermatology, una limpieza profesional puede reducir hasta un 30% los niveles de sebo acumulado en la piel después de una sola sesión, y mejorar la textura cutánea visiblemente en un 80% de los casos cuando se realiza periódicamente.

Beneficios de una limpieza periódica

  • Prevención del acné.

  • Mejor absorción de productos cosméticos.

  • Estimulación de la renovación celular.

  • Aspecto más luminoso y uniforme del rostro.

  • Reducción de poros dilatados.

Riesgos de excederse

Pero, no todo es oro lo que reluce. Si pecamos de excesivos y nos realizamos más limpieza de las que son aconsejables, tendremos riesgos de provocar estos efectos: 

  • Irritación y enrojecimiento.

  • Desequilibrio del manto hidrolipídico.

  • Aumento de la sensibilidad cutánea.

  • Brotes por sobreestimulación sebácea.

¿Cuándo es recomendable una limpieza facial profunda?

No siempre es recomendable hacerse una limpieza facial. Como hemos visto, puede tener algunos efectos si nos pasamos limpiando nuestra piel. 

Por ello, este tratamiento se recomienda cuando hay:

  • Un exceso de sebo y poros obstruidos en nuestra piel
  • Brotes de acné
  • Pérdida de luminosa y textura en nuestro rostro
  • Intención de realzarse otros tratamientos como peelings o dermapen. 

Frecuencia recomendada según el tipo de piel

Cada tipo de piel necesita una serie de cuidados y una frecuencia diferente para cuidar y limpiarla. 

Piel grasa

  • Frecuencia recomendada: cada 15 a 21 días.

  • Justificación: mayor producción sebácea y tendencia a poros obstruidos.

  • Consejo profesional: combinar limpiezas profesionales con productos seborreguladores en casa.

Piel con acné

  • Frecuencia recomendada: cada 2 a 3 semanas, bajo supervisión dermatológica.

  • Justificación: control de brotes activos sin irritar la piel.

  • Consejo profesional: evitar extracciones agresivas si hay lesiones inflamatorias.

Piel seca

  • Frecuencia recomendada: cada 6 a 8 semanas.

  • Justificación: menor producción de sebo, riesgo de deshidratación.

  • Consejo profesional: priorizar limpiezas hidratantes y evitar exfoliaciones abrasivas.

Piel normal

  • Frecuencia recomendada: una vez al mes.
  • Justificación: mantenimiento de la salud cutánea y prevención de desequilibrios.

  • Consejo profesional: aprovechar las limpiezas para revitalizar y nutrir.

Factores que influyen en la frecuencia de las limpiezas faciales

Además del tipo de piel, hay otros factores que también hace que la frecuencia de las limpiezas faciales varíen. Estos son los más comunes:

Edad y estado general de la piel

A partir de los 30 años nuestra piel ya no es lo que era. La renovación celular se vuelve más lenta. Por ello, se recomienda hacer una limpieza facial mensual para mantener la piel luminosa y con un tono uniforme. 

Cambios hormonales o estrés

Los cambios hormonales y situaciones con estrés hacen que la producción de sebo crezca, favoreciendo a la aparición de imperfecciones, como el acné. Si estamos en alguno de estos momentos, es recomendable (sin excederse) aumentar la frecuencia de limpiezas. 

Exposición a maquillaje diario

El maquillaje acaba resecando la piel y obstruyendo poros, especialmente si no tenemos una buena rutina de desmaquillaje. Una limpieza facial cada 3 a 4 semanas ayuda a prevenir problemas cutáneos. 

Productos recomendados para prolongar los efectos de la limpieza facial

Pero, para que una limpieza facial funcione correctamente, tenemos que hacerlo con productos de calidad y que estén elaborados específicamente para este tipo de tratamientos: 

Limpiadores suaves

Los limpiadores suaves, formulados con ácido hialurónico, glicerina o niacinamida ayudan a eliminar impurezas sin alterar el pH de la piel.

Se recomiendan tanto en rutinas de cuidado facial de día, como de noche. 

Mascarillas purificantes

Es recomendable aplicarle una mascarilla purificante de 1 a 2 veces por semana para absorber el exceso de grasa y absorber los poros. 

Los ingredientes clave para mantener una buena limpieza son: la arcilla blanca, el carbón activo o el zinc. 

Exfoliantes faciales

Para renovar la capa corpórea de nuestra piel y evitar la acumulación de células muertas, es recomendable aplicarse un exfoliante facial 1 vez por semana. 

Sin embargo, debemos fijarnos en nuestro tipo de piel y escoger el tipo que más se ajusta a nuestras características: 

  • Enzimáticos (piel sensible)
  • Químicos (AHA/BHA)
  • Mecánicos (evitar en pieles con acné)

Tónicos equilibrantes

El objetivo principal de los tónicos equilibrantes es restaurar el pH para preparar la piel para los siguientes pasos de nuestra rutina facial. 

Para que no perjudique a nuestra piel ni a las funciones de los otros productos, deben estar formulados con aguas de rosas, ácido láctico o alantoína. 

La limpieza facial no es un simple tratamiento. Es la herramienta que hará que nuestra piel brille y se vea sana cada día.